Todos sabemos lo que es una orquesta. En una orquesta hay diferentes músicos que tocan instrumentos distintos, todos interpretan la misma partitura según el pentagrama que les corresponde.
Además, es fácil darse cuenta si hay un instrumento desafinado o si el director es bueno o no, o si el ritmo es el adecuado. Cuando alguna de estas cosas no va a la par, la música suena estridente y se nota.
Una clase es como una orquesta. Cada uno de nosotros es un músico y todos debemos tocar la misma música para que el curso funcione. Cuando un alumno desafina, se nota de inmediato; las cosas no van como deberían. Para que una clase funcione, necesitamos prestar atención y asumir bien nuestra propia responsabilidad.