El vendedor de semillas

Cuentan que un día una señora fue a la tienda a comprar lo que necesitaba para casa. Así que abrió la puerta de la tienda y notó de inmediato que el vendedor era Jesús. Como es de suponer, se quedó muy sorprendida y preguntó:

—¿Qué haces tú aquí?

Jesús le dijo que había venido a dar una vuelta por la tierra para ver cómo vivían los vendedores y había encontrado trabajo en esa tienda.

—¿Y qué vendes? —le preguntó la señora.

—Pues mira, yo vendo lo que tú quieras —contestó Jesús.

—Entonces, ponme un millón de kilos de sonrisas para todos aquellos
que sufren; ponme también esperanza para todos los desesperados y paz
para quienes están en guerra, y ponme también unos kilos de generosidad para
los que son egoístas y pan para los que tienen hambre.

Jesús se quedó mirándola y le dijo: "No sé si lo has entendido bien, pero yo
no vendo los hechos, solo vendo las semillas".