Había una vez un hombre que no podía caminar. Ni siquiera podía levantarse de la silla.
—¡Cómo me gustaría ser como los demás! —decía a sus amigos.
Aunque no podía caminar, tenía amigos que lo ayudaban. Un día, uno de sus amigos tuvo una idea genial:
—Oye, me he enterado de que cerca de aquí hay un hombre llamado Jesús, que podría hacer algo por ti. Podríamos ir a verlo.
Una vez pusieron de acuerdo, lo colocaron en una camilla y lo llevaron donde estaba Jesús. Tuvieron dificultades porque el lugar estaba lleno de gente y era difícil acercarse, pero con esfuerzo llegaron hasta la casa.
—¿Cómo entraremos? —El amigo de las ideas geniales dijo lo suyo:
—Subiremos al tejado y haremos un agujero para poder bajar al amigo frente a Jesús.
Y así lo hicieron.
Jesús quedó maravillado de la amistad de esos hombres y le dijo al enfermo:
—Escucha, deja de apoyarte en los demás, toma la camilla y vete a casa curado. Además, te perdono todo el mal que hayas hecho en tu vida.
Y así sucedió, según lo cuenta el evangelio.
TU PRIMERA BIBLIA (ED. EDEBÉ)