Joan Manuel estaba leyendo un cómic tranquilamente en su jardín cuando vio horrorizado que unos niños jugaban cerca de la puerta.
—¡Pero qué hacen estos niños! ¡Pueden lanzar la pelota y arruinarme las flores! ¡Con lo que me ha costado tenerlas tan bonitas!
Y decidió levantar un gran muro para que nadie le estropeara las flores que tanto le gustaban.
Pasó el tiempo y Joan Manuel empezó a sentirse solo, así que decidió tomar una escalera para subir al muro y ver lo que pasaba afuera.
Se llevó una gran sorpresa al ver que los demás vecinos habían hecho lo mismo que él. Habían construido un muro alrededor de sus casas, de modo que nadie hablaba con nadie y nadie se preocupaba por lo que pudiera pasar en las casas vecinas.
Joan Manuel comenzó a derribar su muro y con los ladrillos construyó un puente entre su casa y la del vecino. Muchos se sorprendieron, pero poco a poco entendieron que no se podía vivir de esa manera, aislados y solitarios.
Y todos empezaron a hacer lo mismo, de manera que el pueblo se llamó desde entonces PUEBLODEPUENTES. Y dicen quienes han estado allí que es el mejor pueblo de la comarca, con gente simpática y agradable. Y solidarios con todos.