El valor del valor

Esta es la historia de dos semillas amigas que cayeron a la tierra desde el árbol. Estaban juntas, en marzo, y hablaban como los mejores cuentos infantiles.

La primera semilla dijo: —Quiero crecer, quiero arraigarme profundamente en el suelo y sacar mis brotes a través de la costra de la tierra. Quiero desplegar mis brotes como las hojas verdes al viento que anuncian la llegada de la primavera. Quiero sentir el calor del sol y el rocío de la mañana sobre mis hojas.

Y creció. Se convirtió en un gran árbol que daba sombra a los transeúntes y refugio a los pájaros.

La segunda semilla dijo: —Tengo miedo. Si enraízo en el suelo, no sé qué encontraré en la oscuridad. Si atravieso el suelo duro, puedo hacerme daño, y si saco algún brote, un caracol podría comérselo. Por eso creo que es mejor esperar hasta que no haya peligro. Y esperó.

Una gallina que buscaba comida en el suelo encontró la semilla que no quiso enterrarse y se la comió.

—HILDA MARIA ALANÍS