Dice que una vez había un elefante que estaba tomando un baño en el río cuando llegó una rata que comenzó a insistir en que saliera del agua.
—¡No quiero! —decía el elefante—. Me lo estoy pasando muy bien, y no me gusta que me molesten cuando me baño.
Pero la rata insistía y perseveraba diciéndole que saliera.
—¡Sal inmediatamente! —le dijo.
—Pero ¿por qué? —preguntó el elefante.
—No te lo diré hasta que no hayas salido del agua —dijo la rata.
Así llevaban un rato, hasta que el elefante, cansado de la impertinencia de la rata, salió del agua.
—Bueno, ya estoy fuera, ¿qué quieres? —dijo.
—Nada, solo quería comprobar que no te habías puesto mi bañador —dijo la rata.
ANTHONY DE MELLO. EL CANTO DEL PÁJARO