La Pascua significa para el cristiano que Jesús ya ha vencido la muerte y está vivo. Él está aquí, entre nosotros, y podemos escuchar su voz, escuchar sus palabras.

Él parte el pan de la Eucaristía para nosotros, nos perdona y nos da el abrazo de paz, una paz y una alegría que nadie nos podrá quitar.

La Pascua significa que Jesús es el amigo recuperado, el Señor de nuestro corazón. La Pascua nos dice que el amor nunca puede morir, que la última palabra no la tendrá el mal, ni el absurdo ni la muerte, sino la vida, la justicia y el amor. Para aquellos que aman, la muerte no existe.

La Pascua significa que las aspiraciones más profundas del hombre sobre la verdad, la bondad y la vida se cumplirán plenamente. Que nuestra palabra definitiva será "gracias", cuando nos encontremos cara a cara con Jesús glorificado y sintamos el abrazo amoroso del Padre.

Será una eterna acción de gracias, porque todo habrá sido obra del amor del Padre, de la muerte y resurrección del Hijo y de la vida del Espíritu que corre dentro de nosotros.