El primer mártir de nuestra familia

Jaume Puig i Mirosa (Terrassa, Barcelona, 1908), sacerdote, director del colegio Santa Maria de Blanes (La Selva), padre de la comunidad e incansable en la formación integral de los alumnos. Murió el 30 de julio de 1936 en Blanes, exclamando: “¡Dios mío, Dios mío!”

La guerra civil de 1936 sorprendió al padre Jaume Puig siendo director del colegio Santa Maria de Blanes. Tenía 28 años. Con fecha del 23 de junio había escrito a su hermano Joan: “Comunica a la madre y a la tía que no sufran por mí; estoy muy tranquilo y dispuesto a soportar todas las contrariedades que lleguen. Todas serán ligeras porque las sufrimos por Cristo, y su yugo es suave y su carga ligera...”

El día 19 de julio fue acogido en casa de su amigo y antiguo alumno Sebastià Llorens. Junto con otros, escondieron la venerada imagen de la Virgen del Vilar para evitar su profanación.

Los milicianos fueron a buscarlo hacia la tarde del día 30. No permitieron que Sebastià lo acompañara, pero él los siguió desde lejos, en bicicleta. En la sede del comité revolucionario del pueblo interrogaron al padre Puig sobre sus actividades como sacerdote y profesor, y fue objeto de todo tipo de insultos y ofensas. Sebastià Llorens lo esperaba afuera. Al salir, ambos se dirigieron hacia casa, que estaba en las afueras.

Un grupo de milicianos, que estaban escondidos, dispararon contra él. El padre Puig se desplomó en el acto y exclamó estas palabras: “¡Dios mío! ¡Dios mío!” Sebastià lo abrazó con fuerza, y entonces también le dispararon varios tiros. Dos grandes almas quedaron unidas para siempre en el martirio. La noticia corrió rápidamente por el pueblo y todos quedaron consternados, porque lo querían mucho.