Huellas sobre la arena

Una noche soñé que caminaba junto a Dios por la playa. Vi proyectadas en el cielo muchas escenas de mi vida. En cada una de ellas veía huellas en la arena. A veces eran huellas de dos personas, otras veces de una sola. También noté que cuando las huellas eran de una sola persona, eran más profundas. Me di cuenta de que en los momentos más difíciles de mi vida solo se veían huellas de una persona. Entonces pregunté:

—Me prometiste, Señor, que siempre caminarías a mi lado. ¿Por qué no estabas conmigo cuando más te necesitaba?

Él respondió:

—Hijo mío, cuando veías las huellas de una sola persona, es porque yo te llevaba en brazos.