Un monje había pasado toda la vida esperando ver a Dios. Un día recibió un aviso de Dios que decía:
—"Ponte en camino hacia la montaña. Mañana, al amanecer, me encontrarás allí."
El monje salió con prisa, no fuera a ser que llegara tarde a la cita. Por el camino vio a una pareja de ancianos que intentaban apagar un incendio en su granja.
—"Podría ayudarles" pensó "pero eso me haría retrasar."
Apresuró el paso y pasó de largo. Llegó puntual a la cima de la montaña, pero no encontró a Dios en ninguna parte. Afligido, comenzó el camino de vuelta al monasterio, y entonces escuchó una voz en su interior que decía:
—"Donde me habrías encontrado era ayudando a los ancianos de la granja."
AL COMENZAR EL DÍA. LA SALLE.