Gandhi, el padre de la India moderna, que logró su independencia predicando y practicando la no violencia, admiraba profundamente a Jesucristo y su evangelio, a pesar de no ser cristiano, pero encontraba que muchos cristianos no estaban a la altura. Sus palabras pueden servirnos de reflexión: "

Cuando leo el evangelio me siento cristiano. Pero cuando veo a los cristianos que hacen la guerra, se odian, oprimen a los pueblos civilizados, se embriagan, etc., me doy cuenta de que ellos no viven según el mandato de Cristo. Mira la rosa. A ella no le hace falta hablar. Simplemente esparce a su alrededor la fragancia. Su perfume es su palabra. Si la rosa pudiera pensar y amar, aunque reclutara un gran número de adeptos, no conseguiría más admiradores que aquellos que lo hacen por la simple fragancia.

Pues bien, la fragancia de una vida recta y religiosa es mucho más sutil y penetrante que la fragancia de la rosa. Vosotros, cristianos, deberíais ser como la rosa."