Cinco reglas de oro para educar la voluntad (I)

. Toda educación de la voluntad supone lucha, especialmente en sus comienzos.

. La voluntad se forja con la repetición de actos que cristaliza en los hábitos. Sin hábitos positivos no hay voluntad.

. La conquista de la voluntad exige negarse o vencerse en los gustos, los estímulos y las inclinaciones inmediatas. Esto es lo realmente difícil, pero también lo más gratificante.

. Cualquier aprendizaje resulta más fácil a medida que la motivación es mayor. La motivación de la voluntad requiere un proyecto de vida: un esquema y una planificación que diseñen el porvenir. Los tres grandes argumentos de este proyecto son el amor, el trabajo y la cultura.

. Cuando se tienen objetivos definidos y estables, los resultados positivos están a la vuelta de la esquina. En nuestra conducta hemos de pretender metas concretas y renunciar, en la medida de lo posible, a todo lo que distraiga de los objetivos trazados.