Cinco reglas de oro para educar la voluntad (II)

. Ganar en fuerza de voluntad  es ganar en autodominio. El dominio de si es uno de los rasgos esenciales de una personalidad madura, y por tanto uno de los retos principales de la educación.

. Tener voluntad es ser constante, tener paciencia para no ceder al cansancio o la rutina, resistencia para no dejarse abrumar por las dificultades. Cicerón dijo que es indigno del hombre rendirse a otro hombre, a los temores o a los vaivenes de la vida.

. La voluntad necesita de la inteligencia para adecuar los fines y los medios, para integrarlas aptitudes y las limitaciones. Después, la voluntad deberá tolerar las frustraciones, encajar los reveses, remontar las adversidades, sin perder el tiempo en lamentaciones.

. La voluntad es un indicador de la personalidad, una joya que adorna el carácter maduro. Por el contrario, cuando es frágil y no está templada en una lucha perseverante, hace del hombre un ser débil, blando, voluble, caprichoso, incapaz de ponerse objetivos concretos y sobreponerse a las dificultades.

. La educación de la voluntad no tiene fin, porque las circunstancias de la vida nos llevarán ante  situaciones insólitas, inesperadas, difíciles, y nos obligarán a reorganizar nuestros proyectos. El hombre es una sinfonía siempre inacabada.