El Agradecimiento. El león y el ratón.

“Estando durmiendo un león en la falda de una montaña, los ratones del campo, que andaban jugando, llegaron allí; y casualmente uno de ellos saltó sobre el león, y este le cogió. El ratón viéndose preso, suplicaba al león que tuviese misericordia de él, pues no había errado por malicia, sino por ignorancia, por lo que pedía humildemente perdón. El león viendo que no era digno de él tomar venganza de aquel ratón, por ser un animal tan pequeño, le dejó ir sin hacerle mal.

Poco tiempo después el león cayó en una red, y viéndose enlazado, comenzó a dar grandes rugidos. Oyéndolo el ratón acudió el momento, y viendo que estaba preso en aquella red, le dijo:

- “Señor, ten buen ánimo, pues no es cosa que debas temer; yo me acuerdo del bien que de ti recibí, por lo cual quiero volverte el servicio”. Y diciendo esto, comenzó a roer con sus dientes y rompiendo los ligamentos de la red desató al león”.
(Esopo)