San Martín de Tours es un santo muy conocido y representado siempre con el gesto de ofrecer su capa a un pobre necesitado. Apenas se dice otra cosa cuando se habla de él. Era militar, que un día, pasando por Amiens, cuando él iba a caballo, un mendigo le pidió limosna, él se cortó media capa y se la regaló. A la noche, Jesús se la apareció vestido con aquella media capa, mientras Martín oía estas palabras: “Martín, aún catecúmeno, me ha dado este vestido”.
A sus 55 años le hicieron obispo de Tours y se dedicó a predicar el mensaje cristiano por todos los pueblos de Francia. Dejaba en cada pueblo unos encargados de las iglesias, y de esta forma nacieron en Francia las parroquias rurales. No es extraño que muchos de nuestros pueblos le hayan escogido como patrón. Introdujo en Francia la vida religiosa comunitaria, porque él se puso a vivir en una cabaña cerca de Poitters, y se le juntaron más de 80 compañeros más.