"Toda clase de fieras, aves, reptiles y animales marinos han sido y siguen siendo domados por el hombre. Pero nadie es capaz de domar la lengua de los hombres, que es malvada e irreductible y está cargada de veneno mortal. Con ella bendecimos al Señor Padre, y con ella maldecimos a los hombres, hechos a semejanza de Dios. De la misma boca sale bendición y maldición. No tiene que ser así, hermanos míos. ¿Acaso en la fuente mana por el mismo caño agua dulce y agua amarga? ¿Puede la higuera, hermanos míos, dar aceitunas, o higos le vid? Pues tampoco un manantial salado puede dar agua dulce."