Santa Lucía: Virgen y mártir

Nació  en Sicilia, en la ciudad de Siracusa, lugar donde naciera viviera Arquímides, el gran sabio de la antigüedad. A principios de marzo del año 304, el emperador Galerio declaró una persecución universal y encarnizada contra los cristianos. Los escritores de aquel tiempo nos cuentan cosas tremendas. Por ejemplo, Eusebio de Cesarea, escribe:

“Hemos visto -dice-, como testigos oculares, sufrir en masa a un gran número de cristianos; unos sufrían decapitación, otros el suplicio del fuego. Unos eran azotados, puestas las manos detrás de la espalda, y ligados a un leño, mientras los verdugos les castigaban en todo el cuerpo. Otros eran suspendidos de un pórtico por una sola mano”.

Algunos de ellos sufrieron horrores cuyo relato hace estremecer. Después de los azotes, se les enviaba a las fieras: leopardos, osos, jabalíes, toros aguijoneados por el hierro y el fuego.

Santa Lucía es patrona de las modistas. Se dice de ella que, en el suplicio, le arrancaron los ojos. También es protectora de quienes tienen alguna dolencia de la vista.