Hechos 16, 11-15: Conversión de Lidia

“Zarpamos, pues, de Tróade y fuimos derechos a Samotracia. Al día siguiente fuimos a Neápolis, y de allí, a Filipos, ciudad importante del distrito de Macedonia y colonia romana. Allí permanecimos algunos días. El sábado salimos fuera de la cuidad y fuimos junto al río, donde pensábamos que se reunían para orar. Nos sentamos y estuvimos hablando con las mujeres que se habían reunido. Entre ellas había una llamada Lidia, que procedía de Tiatira y se dedicaba al comercio de la púrpura.

Lidia adoraba al verdadero Dios, y el Señor le abrió el corazón para que aceptara las palabras de Pablo. Después de haberse bautizado con toda su familia, nos suplicó:

- Si consideran que mi fe en el Señor es sincera, entrad y quedaros en mi casa. Y los obligó a ello”.